- Se comienza con una extracción de sangre para medir la cantidad de glucosa inicial. El siguiente paso es suministrar 100 gramos de lactosa en una solución con agua.
- Se vuelve a extraer sangre en tres ocasiones más. Una tras 30 minutos, otra a la hora y, por último, a las dos horas de haber ingerido la lactosa.
Si la cantidad de glucosa en sangre se mantiene en 30mg por decilitros tras dos horas el paciente no es intolerancia a la lactosa. Sin embargo, cuando la cantidad es inferior a 20mg por decilitro el diagnóstico confirma la intolerancia.